Acheta domesticus, conocido comúnmente como grillo doméstico, pertenece al orden de los ortópteros, junto con los saltamontes, chicharras y langostas. En todos ellos destacamos, como principal característica, sus desarrolladas patas traseras para poder saltar y escapar de sus depredadores.
También nos ha llamado especialmente la atención sus diferentes órganos sensoriales:
Sus larguísimas antenas, de mayor longitud que su propio cuerpo;
Los cercos, una par de apéndices sensoriales que parten hacia atrás del abdomen;
Los palpos maxilares de su mandíbula
Las membranas timpánicas localizadas en las tibias de sus patas. efectivamente, ¡el sentido del oído lo tienen en las patas!
Y por supuesto, sus ojos compuestos
De todos es conocido el singular ruido que realizan los grillos, las estridulaciones, que suelen producir los machos, frotando sus rígidas alas (el primer par de alas), para atraer a las hembras y poder fecundarlas.
Presentan dimorfismo sexual, es decir, podemos diferenciar al macho, más pequeño, de la hembra que, entre sus cercos, presenta un tercer apéndice denominado ovipositor que puede llegar a alcanzar hasta 20 mm y lo emplea para depositar los huevos bajo tierra. Una hembra puede llegar a poner hasta 200 huevos durante su vida adulta
Los grillos presentan metamorfosis incompleta, esto es, de los huevos nacen ninfas, de aspecto similar al adulto, que van sufriendo mudas, según crecen, hasta alcanzar la madurez reproductiva y el desarrollo de sus alas. El ciclo de vida suele ser de unos tres meses:
Fase de huevo, desde la puesta hasta la eclosión, 10 días
Fase de ninfa, con 6 mudas, 45 días
Fase de adulto, a partir de la 7ª muda, hasta su muerte, 40 días
Durante todas las fases de su vida, el grillo tiene hábitos similares en cuanto a alimentación. Cabe destacar su voracidad en todas ellas, son omnívoros, se alimentan tanto de plantas como de otros animales y son muy oportunistas, es decir, su dieta depende del alimento disponible en el entorno. Muchos grillos comen carroña, incluso, practican el canibalismo cuando hay poco alimento disponible. El grillo necesita estar bien hidratado para desarrollarse correctamente, siendo el agua un recurso limitante.