Celebramos la festividad de la presentación de Jesús en el templo. La familia de Nazaret no fue diferente a otras familias judías de su tiempo. Por eso, como era costumbre, llevaron a Jesús al templo para presentarlo.
Ese gesto simboliza para los cristianos que Jesús es la luz de la Vida. Es por lo que esta fiesta se ha conocido tradicionalmente como “fiesta de la luz o de las candelas”.
Hoy, somos nosotros los portadores de esa luz para transmitirla a todos los demás con nuestro testimonio. Ojalá que esta luz no se quede encerrada en nuestro templo, sino que la llevemos a otros hombres y mujeres con los que nos movemos y nos relacionamos.
¡ Danos, Jesús, la Luz de la Vida !