Hoy recordamos el fallecimiento en 1886 de Doña Ernestina Manuel de Villena.
Una joven madrileña de la alta burguesía que vivía dedicada a los más necesitados.
En 1859 pone en funcionamiento el asilo Sagrado Corazón y Jesús. Consciente de la importancia de que estos chicos recibiesen una formación que les brindase la oportunidad de labrarse un futuro mejor, en 1878 Doña Ernestina logra traer a los Hermanos de la Salle para que se hicieran cargo del asilo de huérfanos y de su formación.
En la Obra Socioeducativa que lleva su nombre, hoy especialmente nos acordamos de ella, y podemos decir con orgullo que continuamos con su obra, educando en valores, soñando y creyendo en nuestra misión.