En nuestro colegio, ya hemos disfrutado de un extraordinario Retiro de Adviento. El sacerdote, Don Jesús Yébenes, que dirigió el encuentro, nos hizo reflexionar sobre los desafíos que tenemos tras este duro golpe que hemos sufrido la humanidad con la pandemia del coronavirus: muerte, dolor, pérdida, inseguridad, incertidumbre… De todo esto ¿habremos aprendido algo? tal vez a ser más humildes ¿qué hemos aprendido a valorar? ojalá hayamos descubierto a un Dios “todocariñoso” comprometido con el dolor de su pueblo, ojalá hayamos visto su rostro en los más afectados. Aprendamos que la fraternidad construye y consolida, “necesitamos desarrollar esta consciencia de que hoy, o nos salvamos todos, o no se salva nadie” (Papa Francisco).

Estamos necesitados de Adviento, de espera, pero de forma positiva, dinámica y alegre. Necesitamos de la certeza, de la convicción, de que el Señor vendrá. “La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar” (Forrest Gump), pero ¡siempre tocan bombones!

En este Adviento, ponte en camino de búsqueda y de deseo de Dios. Hazle un hueco en tu vida, preséntale tus necesidades, tus alegrías, tus heridas… deja que su Amor recorra toda tu existencia. Únete a las personas que abren caminos de entendimiento, de paz, de justicia y de fraternidad. No te acuestes sin haber reconocido algún signo de Dios en el día.

Estamos a la espera, incluso en los momentos más difíciles, como aquella familia de La Palma que testimoniaron “hemos perdido las tres “T”, la Tierra, el Techo y el Trabajo, pero no, no hemos perdido la esperanza, las ganas de luchar y salir adelante”. Esto sí que es Adviento.