Por suerte, muchos jóvenes de grupos cristianos siguen después de acabar el colegio en su proceso de maduración en la fe. Buena prueba de ello, son estos jóvenes, que con mucha ilusión y entusiasmo, siguen navegando por Jerusalén, buscando e intentando encontrarse con Jesús de Nazaret, sabiendo que Él se hace el encontradizo en los caminos de la vida. Gracias Susana, Gracias Rubén, sus animadores, por ayudarnos en este precioso camino. Sin duda, sois una llama encendida de vida en este tricentenario de la muerte de nuestro fundador.